1. Intoxicaciones etílicas (abuso de alcohol)
2. Crisis de ansiedad
3. lipotimias
4. Contusiones y golpes
5. heridas
6. hemorragias
– No dejar solo al afectado.
– No darle de comer ni beber.
– Mantenerlo abrigado.
– Si está consciente, contesta a las preguntas correctamente y no existe riesgo por alteración de conducta, buscar a una persona que se haga cargo de su observación y traslado a domicilio.
Si el afectado tiene lesiones, solicitar ayuda a los servicios de emergencia para su valoración.
– Si está inconsciente, vigilar su respiración y situarlo en posición lateral de seguridad. Así se evitará un posible afogament con su propio vómito. Avisar a los servicios de emergencia.
– Alejarlo del entorno estresante, intentando facilitar su intimidad.
Tranquilizarlo hablando con un tono de voz bajo y ritmo pausado, intentando de que no aumente su nerviosismo.
– Intentar relajarse con respiraciones calmadas y sucesivas, tomando aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Si se tiene una bolsa a mano, hacer que respire dentro de ella. Le ayudará a controlar la respiración.
– Si la persona no se tranquiliza, mantener la calma y avisar a los servicios de emergencia.
– Evitar que caiga al suelo y tirar de él.
– Si estuviera en el suelo, tirar de él de cabezas por montón, elevando las piernas unos 45º (posición anti-shock).
– Comprobar si se ha golpeado al caer, buscando heridas o contusiones.
– Evitar aglomeraciones de gente a su alrededor, intentando conseguir un ambiente fresco y con aire limpio.
– Facilitar su respiración aflojando prendas ajustadas (cuellos, corbatas, bufandas, cinturones, etc …).
– Si el afectado no se recupera pero responde, situarlo en posición lateral de seguridad y avisar a los servicios de emergencia.
– Cuando se haya recuperado, sentarlo despacio antes de ponerlo de pie y mantenerlo un rato en esta posición para comprobar que no se repite el mareo.
– Retirar cualquier prenda que comprima la zona o miembro afectado.
– Aplicar frío local (hielo) envuelto con una bolsa de plástico y recubierto con un pañuelo de tela o gasa lo más asépticos posibles para que no entre en contacto directo con la piel.
– Quitar y poner el frío alternativamente cada 20 minutos, si fuera leve. En caso de gravedad, avisar a los servicios de emergencia para su traslado a un centro sanitario.
Antes de hacer una cura, lavarse cuidadosamente las manos.
– Utilizar guantes estériles.
– Si la herida sangra abundantemente, presionar en el punto de sangrado para intentar cortar la hemorragia.
– Lavar con agua abundante y jabón el foco de la herida, limpiándola posteriormente con gasas o pañuelos de tela húmedos, lo más asépticos posible. Realizar la limpieza arrastrando desde el centro de la herida hasta los extremos, rechazando el material ya utilizado.
– Utilizar alguna sustancia antiséptica (agua oxigenada, povidona yodada). No utilizar alcohol.
– Cubrir la superficie con apósitos húmedos fijándolos con esparadrapo, cinta adhesiva o venda.
– En función de la gravedad de las heridas, avisar a los servicios de emergencia para su traslado a un centro de salud.
Primeramente, lavarse las manos y utilizar guantes estériles.
Taponar y presionar la herida aplicando apósitos o pañuelos lo más asépticos posible.
Elevar el miembro afectado, si las lesiones lo permiten, por encima del corazón. Si la parte lesionada es un brazo, elevarlo. Si es una pierna, tumbar al herido manteniendo la pierna en alto.
Todas las personas adultas tienen aproximadamente unos 5 litros de sangre circulando por el organismo. Cualquier herida o traumatismo puede provocar una pérdida de sangre, en mayor o menor grado, de tal forma que si no se detiene a tiempo causaría la muerte del accidentado.
Podemos distinguir diferentes tipos de hemorragias, según tengan lugar dentro o fuera del cuerpo y dependiendo de cuál sea el vaso (conducto) lesionado.
Según el lugar en el organismo:
Según el conducto (Vaso) lesionado:
Otras hemorragias más superficiales son capilares, provocadas generalmente por pequeños cortes.
Cuando se produce una herida importante las hemorragias suelen ser mixtas (arteriales y venosas).
En este tipo de hemorragias no hay salida de sangre al exterior, pero podemos sospechar de su existencia siempre que se produzca un traumatismo grave en el abdomen, tórax o ninguna, así como en el caso de fracturas óseas o heridas punzantes.
De todas formas, existen una serie de síntomas y signos evidentes que nos ayudan a detectar una hemorragia interna:
Una vez descritos estos síntomas y signos que nos alertan sobre la existencia de una hemorragia interna, pasaremos a explicar cómo se debe actuar:
Siempre que la hemorragia de la nariz o al igual que la hemorragia de oído, venga motivada por un golpe en la cabeza, es necesario que el afectado reciba asistencia médica. Puede ser síntoma de fractura craneal.
El shock hipovolémico es un estado clínico muy grave, al que se llega ante una agresión importante en el cuerpo humano.
Las causas más frecuentes que pueden desencadenar un shock son:
Cualquiera de los casos provoca una alteración importante del sistema circulatorio, que se caracteriza por una disminución de la presión sanguínea y un aumento de la frecuencia cardíaca.
Todos los traumatismos demuestran una serie de signos o síntomas que nos ayudan a reconocer su presencia. A continuación, vamos a describirlos y explicar la actuación a desarrollar en cada caso.
Los traumatismos que trataremos son:
Las quemaduras son lesiones que aparecen en la piel después de su exposición a una fuente de calor, estas son las denominadas térmicas y son las más frecuentes, aunque existen otros agentes que pueden producir lesiones o quemaduras como son los productos químicos y la electricidad.
Tipos de quemaduras más frecuentes:
Hay una serie de normas generales que debemos cumplir a la hora de trasladar a cualquier herido. Asimismo, existen unas recomendaciones específicas para realizar los traslados a pie, en camilla y en vehículo. CURSO DE FORMACIÓN DE CONTROLADORES DE ACCESO 128
El traslado de un accidentado puede conllevar graves riesgos para la salud, por eso es fundamental saber cuándo y cómo podemos hacerlo.
Antes de mover un herido tendremos que observar las siguientes indicaciones:
Importante!
(Un solo socorrista)
(Varios socorristas)
Es la modalidad más recomendable para trasladar a cualquier accidentado y es la única que se debe realizar en caso de heridos graves.
1. Colocación del herido
2. Colocación del herido en camilla
3. Inmovilización y abrigo del herido
4. Transporte en camilla
En el caso de que no se disponga de litera homologada, se puede improvisar una con cualquier superficie plana y resistente, como por ejemplo, una puerta. Entonces colocó una manta por encima para acolchar.
La evacuación de personas en vehículos sólo puede realizarse en el caso de determinadas lesiones, como pequeñas heridas, quemaduras o miembros dislocados.
Es preferible realizar el traslado en furgonetas o camiones para que la víctima pueda estirarse.
Hay que conducir de forma suave, respetando las señales de tráfico.
La víctima se colocará siempre en el asiento de atrás en posición de recuperación y apoyado en cojines o mantas.
Conviene estar atento para evitar que pierda el conocimiento, tenga alguna hemorragia o sufra alguna contrariedad.
Si es necesario se realizarán las técnicas de reanimación