Las discotecas, salas de fiesta y, en general, los locales de ocio, implican un riesgo de pérdida de audición debido al volumen elevado de la música y al ruido generado por el propio ambiente de local.
La existencia de niveles altos de ruido puede derivar, también, en enfermedades de las cuerdas vocales al tener que alzar la voz en exceso para hablar en el interior de la sala.
Para evitar lesiones auditivas :
Si el trabajo se realice íntegramente en el interior del local, realizar pequeños descansos en zonas con bajo nivel de ruido (exterior, salas anexas…). Además, es recomendable utilizar protección auditiva (tapones), siempre que sea posible.
La audición que se va perdiendo de manera progresiva no es recuperable. Una exposición continuada a niveles elevados de ruido puede producir hipoacusia (sordera), siendo fundamental la detección precoz.
Por ello, si se sufren síntomas como tener la necesidad de elevar el volumen del televisor o no entender a la persona por la que se conversa, puede ser que se esté perdiendo la capacidad auditiva.
La exposición a condiciones termohigrométricas adversas, ya sea por frío o calor, en el exterior o en el interior de la sala, origina estrés o disconfort térmico en el entorno de trabajo y puede derivar en problemas de salud, especialmente cuando se produzca cambios bruscos de temperatura.
La deshidratación, el déficit de sales y los calambres musculares son síntomas que pueden sufrirse por calor, e incluso golpes de calor; en el caso del frío, pueden padecerse desde afecciones del aparato respiratorio (gripe, catarros…), hipotermia, pudiéndose llegar incluso hasta la congelación de extremidades.