Para desarrollar un autocontrol es básico el conocimiento de nosotros mismos, de nuestras capacidades y de nuestros puntos débiles, conocer que es lo que nos afecta como para que perdamos el autodominio.
Las técnicas a aplicar son pues de carácter individual unidas al estudio de nuestras reacciones ante diversas circunstancias. Se agrupan en tres modalidades: