La efectividad de las técnicas de descripción referidas depende, fundamentalmente, de la disponibilidad de unas concretas cualidades de la personalidad, como son la atención, la percepción y la memoria.
Es el acto por el cual concentramos nuestros sentidos en un hecho o situación. Hace las veces de un interruptor que, si está conectado, permite el paso del estímulo seleccionado al campo cognoscitivo, pero si se halla desconectado no deja pasar nada. Su importancia es por tanto decisiva.
Dos tipos de atención:
La atención depende de las características físicas de los estímulos, como hemos visto, por lo que parece lógico que sean estas mismas características las que sirvan para su activación. Experimentación suficiente realizada en este campo evidencia que la atención tiende a captar mejor aquellos estímulos que sean:
Pero también puede desactivarse el proceso de la atención, y cuando esto ocurra, el resultado de nuestra conducta será el que sea, pero no podremos hablar de observación.
Por ello, los factores que disminuyen los niveles de atención son de vital importancia para el vigilante de seguridad, que deberá en todo momento contrarrestarlos. Los más importantes son:
Aunque en un principio ejerzan una acción estimulante, con el tiempo o con una suficiente dosis, aparece el efecto rebote y ejercen una acción inhibitoria de los circuitos neuronales. También debemos prestar atención en este sentido al consumo de café, té, coca-colas y productos con sorbitol y sus derivados.
Realizar tareas rutinarias. Cuando los estímulos pierden atractivo, por dejar de ser novedosos o no resultar relevantes, la rutina produce la desactivación del proceso de la atención, desconectando el campo cognoscitivo. La solución consiste en reactivarla buscando actividades que nos resulten novedosas y relevantes.
Es la clasificación e interpretación de lo datos de la realidad.
El proceso de atención es siempre previo al proceso de percepción. No podemos percibir de forma plena aquello que ni hemos atendido conscientemente. Ejemplos cotidianos son los ruidos nocturnos (habituaciones a relojes, coches, etc.) y los bloqueos sensoriales si estamos absortos en determinados estímulos (TV, distraídos, etc.)
La percepción es el proceso consciente por el cual se capta la realidad mediante los sentidos. Después del proceso de atención, percibimos e interpretamos el mundo exterior. El proceso perceptivo presenta una característica favorable y otra desfavorable. A favor de la percepción diremos que actúa muy rápidamente, prácticamente instantáneamente, y que siempre da una interpretación del mundo o la realidad captada, basándose en nuestros conocimientos anteriores en huellas de memoria muy semejantes al estímulo en cuestión. En contra de la percepción diremos que no es fiable al cien por cien, pues unas veces acierta y podemos percibir la realidad exterior de forma veraz y otras muchas nos proporciona una interpretación que no corresponde con la realidad veraz y nos confunde. Ejemplos de ello son todas las ilusiones perceptivas.
(Ilusión de Müller-Lyer: las dos líneas son iguales pero la B parece más larga.)
La percepción también se ve influenciada por factores que la modulan. Las variables más destacadas que inciden en la diferente manera de percibir a las personas son: